domingo, mayo 21, 2006

Ahora si me he vuelto fresa

En muchas ocasiones, en pasadas etapas de mi vida - que no por eso lejanas - mi aceptación de la producción musical, tanto extranjera como nacional, se basaba en parámetros primordialmente no comerciales o bien, de los ochenta para atrás, llegando sin dificultades hasta la música de los años cincuenta.

En este momento mi ordenador reproduce "Por tí" de Belanova y antes estuvo MDO, Alejandro Fernández y Kairo. Debo decir que algo ha pasado con mi déspota y quisquilloso método de selección. ¡Hasta tengo los discos de RBD!.

Afortunadamente, mi apetito por los discos de Phil Collins, John Patitucci, Peter Gabriel, David Bowie y otros genios no ha sucumbido ante mi metamorfosis.

Lo único que puedo decir es que nunca dejé de ser un niño fresa formado en el CUM, sólo que ahora mi gusto musical se ha ampliado y supongo que eso es positivo. Igual y ya me convencieron de que hay que ser tolerantes y democráticos, quizá a dos años de llegar a los 30 me ha pegado un segundo aire - que consideraría inútil pues me siento muuuy joven aún - o simplemente la música comercial se ha vuelto nuevamente digerible a mis oídos.

Como sea, Ragazzi me vienen bien en esta mañana dominguera mientras tecleo y pienso si quemaré un disquito para estrenarlo mientras me baño.

Por cierto, para mis más cercanos y asiduos lectores una nota: estoy en chones, cómodamente sentado, mientras les brindo estas lineas.

sábado, mayo 20, 2006

Tultitlán, Aragón y Marcos

Hay días que las ocupaciones, imprevistos y otros condimentos desabridos de la ciudad nos hacen una invitación - sin alternativa a declinar - para convivir con aquellos detalles visuales, climáticos y olfativos de las grandes urbes.

El lunes por la mañana mis deberes me agendaban un trayecto no demasiado largo al desconocido kilómetro 33 de la carretera México-Querétaro. Una mañana muy agradable para los que apreciamos el clima fresco y húmedo que nos regala la temporada de lluvias. Inclusive me sorprendió ver que el tránsito de ese lunes, a las 9 a.m. era fluido, sin accidentes, volcaduras, impactos, mentadas de madre y otros tantos rasgos tan característicos. Definitivamente la lluvia enfrió las cabezas y los ánimos de todos los que conducíamos por la zona.

Hasta hace un par de días yo me seguía preguntado - hoy he desistido en el tema - ¿de dónde a dónde se miden los kilómetros de las carreteras?, pues mi memoria tiene aún presentes que, tras avanzar por la carretera a la altura de Fábricas de Francia y Perinorte, los complejos industriales empiezan a desfilar, entre ellos - y en ese orden - Fábrica de Ideas, Praxair, Osram, Unilever, Bacardí, Ford...; y si en el segundo de los aquí mencionados (y también mentados, ¿por qué no?) se indicaba el kilómetro 32.5, ¿dónde se había perdido la Distribuidora Kroma(*1)que indica su domicilio en el kilómetro 33?.

Tras una hora de inútil búsqueda en modalidad de infantería motorizada y de a pie. Decidí que era momento de desayunar para reanudar mi cometido más tarde. La zona no ameritaba pararse en cualquier de los no muy variados - pero si pestilentos - puestos de comida por lo que avancé un poco más hacia la zona de Cuautitlán Izcalli "anexas y conexas". Sin saber cómo, terminé saboreando unas deliciosas quesadillas en un pueblo llamado San Blas que, si ahora me preguntan dónde se ubica, lamento no poder responder, sólo recuerdo que las salidas de dicha población indicaban hacia Zumpango(*2) y Cuautitlán. De hecho, debo hacer mención del operador de la unidad 19 de los Autobuses Melchor Ocampo que me dio las más precisas indicaciones para volver a la carretera México-Querétaro una vez terminado mi desayuno. Cabe aclarar que el señor tuvo a bien sacrificar su música salvajemente grupera para bajar de la unidad y hacer los ademanes propios que me dejaran más claro el "váyase por acá y luego de las vías, da vuelta para allá".

Tras un par de vueltas por la carretera tratando de encontrar la Distribuidora Kroma, decidí que por la hora ya deberían haber depositado la sagrada quincena, misma que me permitiría abonar saldo a mi teléfono celular para hacer un par de llamadas a la empresa y que me proporcionaran las coordenadas exactas de su ya citado, kilómetro 33.

Debo decir que Cuautitlán Izcalli cuenta con una nada interesante plaza comercial QUE NO ALBERGA CAJEROS AUTOMÁTICOS DE INSTITUCIÓN BANCARIA ALGUNA... es más, ni la marca de "abonos chiquitos para pagar poquito" tiene una sucursal en ese sitio. Le podemos sumar que a dos cuadras el cajero de Banamex tampoco estaba prestando servicio y dadas las circunstancias, también expreso mi respeto y agradecimiento para el banco de las fuerzas armadas que si funcionaba y estaba algo escondido, lo que me permitió pitorrearme cuando pasé de regreso frente a Banamex para deleitarme con una creciente fila que ya triplicaba su tamaño.

Una vez cumplida la misión regresé a mi oficina con ánimos de no salir ni a la vuelta con el "señor de los jugos" quien diariamente me prepara un litro de betabel, zanahoria y naranja por la no tan módica cantidad de $12 (doce pesos, 00/100 MN).

Más tarde, en mis múltiples compromisos, terminé asistiendo a un funeral en los rumbos de San Juan de Aragón. En esos momentos puedo decir que la compañía fue fundamental para no desesperar en el tedioso y lento tránsito además del paisaje deprimente que acompaña a la Av. Central. Aquí el agradecimiento a Laura que me venía haciendo reír lo suficiente para no salir de mi unidad con los ojos desorbitados por la locura generada en la lentitud sobre el asfalto.

El resto de la semana ha transcurrido "sin novedá". Algunas visitas a clientes pero en zonas más cercanas y agradables como Polanco, Del Valle, Zona Rosa y hasta una visita a mi directora, a quien le ha bendecido la vida con un segundo retoño y que por ende no asiste a la oficina en estos momentos. Hoy, tras una visita a su domicilio que me tomó toda la mañana y que no niego fue un agradable momento, regresé a mi módulo de trabajo en Paseo de la Reforma, donde por "n" ocasión se esperaba una sufrida tarde debido a nuestros "¿vecinos?" de Atenco acompañados por el Subnormalcomandante Marcos.

Pocas veces había observado semejante despliegue de la fuerza pública: amplio e imponente, donde dobles y triples filas de uniformados rodeaban el edificio de la Bolsa Mexicana de Valores y la Embajada de los Estados Unidos de América, (a los de la torre Avantel, que nos cargue la chingada, no hay pedo). El punto es que, a pesar de todo, el tránsito a las 4 p.m. aún era aceptable y se mantuvo así hasta que por consideración de nuestra directora, que se mantiene en comunicación con nosotros todo el día vía messenger, nos permitió salir a las 6 p.m. y evitar que Don Marcos, San Marcos, TodossomosMarcosyahoraAtenco, nos obligara a permanecer hasta inciertas horas dentro del edificio.

Tanto a mi Directora (ella si, con mayúscula) como al sub, agradezco haber salido temprano este viernes.

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*1 Su nombre comercial es COMEX
*2 Sólo Ariel sabrá porqué hago incapié en ese nombre

domingo, mayo 14, 2006

El relax del sábado

Siendo toda la semana un repertorio interminable de actividades, algunas voluntarias, otras laborales y el resto posiblemente de la vida social que involucra amigos y familiares, las horas de relajación se han vuelto piezas de museo.

En un par de horas estaré compartiendo la noche en la base de un servicio de urgencias médicas con uno de mis mejores amigos. Hoy por la mañana asistí a mi clase de catalán y toda la semana fue el ir y venir de ver clientes, teclear cotizaciones y correos, algunas conferencias impartidas y por si fuera poco, entregar reportes de cuantos respiros y suspiros se cuentan en las horas de trabajo.

Escuchando música que no me haga pensar demasiado, sino que sólamente satisfaga la necesidad de llenar el vacío acústico de la tarde y le de una atmósfera de tranquilidad y despreocupación al tono de mis palabras, me siento a llenar también un nuevo espacio que con un click en "nueva entrada" se genera en mi blog.

Esa misma disposición a no pensar, es lo que me priva en este instante de alguna idea que pueda extraer de la cotidineidad - como han sido mis entradas anteriores - sin embargo, me asombra que sin tener cosas interesantes que decir, ya se han escrito más de 15 líneas casi en automático.

A veces supongo que la escritura se vuelve un ejercicio automático y que, algunos tienen y otros no, la capacidad de enviar las órdenes cerebrales necesarias hacia los dedos para teclear al mismo tiempo que se van pensando las cosas.

En otras palabras, el día de hoy no me quiero esmerar en buscar una idea para desarrollarla, no deseo usar más la mente de lo que sea necesario para responder a las necesidades básicas. Estoy al mínimo de mis funciones y me siento bien así.

A todos mis amigos que en algún momento de la vida buscarían un momento para tirar la hueva y detener los pensamientos para poder, en caso de lograrlo, relajar al máximo su ser.

domingo, febrero 19, 2006

En chones frente a mi ordenador

Pocas veces suelo tener tan ligera vestimenta y aún menos divulgo el hecho, pero hoy es de esas tardes en que el cielo todavía amarillento me dice que tengo el tiempo suficiente para tomar una ducha vespertina, leer algún libro y aún así tener tiempo para otras cosas como una buena película en cable o rentada.

Llevo ya dos semanas y media en mi nuevo trabajo, a veces pienso que el tiempo se me escapa como oportunidades de negocio a los mexicanos (comparados con los chinos, claro)y es que por increíble que parezca, ahora trabajo en una de esas empresas donde el sueldo es justo, las prestaciones también y sobretodo ¡RESPETAN EL TIEMPO DE TRABAJO Y DESCANSO DE LOS EMPLEADOS!. Definitivamente la cultura laboral europea es tan distinta que podría hacer renunciar a cualquiera que se sienta incómodo por ser tratado tan bien.

Y ahora con tanto tiempo libre, veo opciones de terapia ocupacional que superan a momentos mis expectativas: ruso, TUM, gimnasio, maestría nueva, otra carrera quizá...

No lo se, simplemente mi vida ha dado un vuelco tan grande y en tan corto tiempo que es difícil saber que hacer con tantos minutos nuevecitos para mi solo que antes no habría dudado en regalárselos a la institución para la que trabajaba.

La reflexión de hoy va dirigida en ese sentido precisamente: cuando una persona tiene poder o dinero sin vivir un gradual aumento en la adquisición de éstos generalmente se vuelve loca. Hoy puedo decir que tengo tanto tiempo libre que quizá deba tomarme unos cuantos de esos minutos para tomar las decisiones correctas sobre el uso que tendrán el resto de ellos que, sin duda, son muchos.