domingo, agosto 28, 2005

Y como dice la canción: "es mi soledad..."

Con seguridad todos los que llegan a leer esta bitácora - que no creo que sean muchos - y también aquellos que no acceden a esta dirección, se han imaginado en el futuro. Desde "¿qué haré mañana?" hasta "¿cómo me veo en 10 años?" o posiblemente más. Depende de la capacidad prospectiva de cada uno.

A partir del escenario supuesto, deseado, planteado, dibujado, garabateado, alucinado o simplemente soñado y, según la iniciativa de cada quien y los medios respectivos, tratará de llegar - o no llegar - al punto divisado.

Hoy quiero expresar algo que ha pasado por mi mente en los últimos meses, sin otro afán que eso: externar a través de palabras, una imagen que se encuentra muy arraigada, como raíz de eucalipto en una banqueta de la Ciudad de México.

Cuando me veo en cinco años o un poco más, únicamente encuentro a un Paco Flores en una ciudad muy lejana de ésta en la que nací y he vivido con los mejores amigos del mundo y con mis padres.

Veo pavimentos húmedos por la lluvia, zapatos que van y vienen sin ritmo pero con prisa, con abrigos gruesos, automóviles viejos y autobuses repletos. Veo un cielo un tanto gris, por la iluminación tan distinta a la nuestra debido a la inclinación del globo terráqueo. Me veo en Rusia, me veo caminando hacia mi trabajo, un local de mediana estatura donde preparo con pasión y buen humor la mejor comida mexicana para que los ex-soviéticos y nuevos rusos degusten su paladar con lo que para ellos resulta exótico.

Debo ser sincero, en estas imágenes cortas, jamás me he visto con pareja, creo que seré un hombre solitario, más no es motivo de angustia ni mucho menos; creo firmemente en la teoría de un buen amigo mío - quizá el único que lee estas líneas - quien bien dijo: "naces solo y mueres solo". Definitivamente creo que mi destino es ese y no me desanima, creo que a veces la soledad es la mejor compañera.

Sin menospreciar la buena compañía de mis amigos, debo decir que en la medida de lo posible, espero que si algún día llego a vivir en esas euroasiáticas tierras, puedan visitarme y que también gocen de una cultura que parece estar en otro planeta.

La soledad - volviendo al tema inicial - se torna entonces un atractivo paquete de viaje en esta caminata de la que desconocemos el último paso.

Dedico el texto leído a mis amigos nuevamente, ¿a quién si no a ellos? que hacen de la soledad - paradójicamente - un estadío de deliciosa compañía.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Soledad y amistad, tópicos que han dado vuelta a mi cabeza tan variadas veces y con tan variados ángulos.

El futuro va cambiando tan vertiginosamente como las decisiones que tomamos a cada momento, pero espero que puedas alcanzar esos sueños y, si las circunstancias lo permiten, podamos acompañarte de vez en vez en aquellas tierras lejanas....ya sea que exista alguna fulanova con tigo o no

Anónimo dijo...

Hola, soy forista de sedice.com y vine por enlace en aryblog.

Respecto a lo de la comida, me he topado con europeos que consideran picante a la pimienta negra y a los pimientos rojo y verde, que en México los consideramos suaves.
Por eso no se han expandido muchos platillos mexicanos.

Saludos

epicous

Unknown dijo...

Yo quiero que me apartes una mamushka, digo, matrushka. Ya hablando menos en serio, coincido con ambos en que la soledad es la más coqueta, por que anda con todos.

Realmente me senti partícipe y reflejado en este post (¿desvaríos europeos?). Sé que como dije, moriré solo, pero espero no sea tan pronto. Total, no espero beberme 344.49 latas de Pepsi de un jalón.

Y lo picante es lo que da sabor a la vida.