martes, julio 26, 2005

El Gol que Tiró la Chela

En más de una ocasión he tenido el placer de compartir momentos deportivos con mis amigos. Éstos se caracterizan por el obligado complemento de la botana y dip, refresco, ron, tequila, vodka y en ocasiones las hamburguesas u otro plato fuerte. Pero lo que nunca ha faltado es la cerveza... la espumosa y fría chela.

Una vez que hemos tomado posesión (y posición) en los sillones, cada uno de los asistentes, con pareja o sin ella "tomamos partido en el partido", es decir, empezamos chingar al prójimo que no comparta nuestra devoción por una playera. Aquí tenemos de varias calañas:

1. El Gato: es aquel que siente que su sangre es de alcurnia (por aquello de lo azul) aún cuando paguen menos de $5 (cinco pesos - moneda nacional) por semestre y aún así protesten si llega a presentarse un mínimo rumor de aumento a la tarifa. También presumen de problemas en la piel por una pigmentación atípica que para ellos es motivo de inconmesurable orgullo. Olvidaba mencionar que su mayor problema es la existencia de cierto equipo de colores similares, aunque de mejor gusto y no pueden vivir sin criticarlos.

2. El Borrego: este segundo sector puede llegar al extremo de no comer birria, barbacoa y los clásicos mixiotes por "ser síntoma de canibalismo". No obstante su enfermedad psicogástrica, actualmente pueden presumir, con justa razón, de ser la sección medular de la mentada Selección Nacional. Presentan el mismo problema que los gatos: no pueden vivir sin el equipo "de Coapa", pues representa su equilibrio. Para los que conozcan del medio colonial, pueden pensar en el equilibrio que antaño existía entre el CUM y la ULSA.

3. Los Pollos: aunque el que suscribe tiene aquí su preferencia, trato de dar el mismo tono al comentario sobre los "azulcrema" para evitar perder la objetividad. Actualmente nos vestimos con la casaca a diario pues pasó tiempo antes de poder festejar nuevamente. Contrario a los equipos anteriormente mencionados y los restantes, no padecemos fobia por una escuadra en particular. Podemos vivir de nuestros colores únicamente. Generalmente somos un equipo criticado por cada campeonato ganado, cuestionado siempre por la legitimidad de sus títulos. ¿Qué puedo yo decir?... "así es la oposición".

Esta breve descripción nos deja ver grosso modo la dinámica que puede tomar un grupo. El grito de "goool" es igual de intenso por parte de las distintas fracciones "poco parlamentarias - harto incendiarias".

Tras intentar dejar mi mente en blanco en este momento para recordar más detalles que enriquezcan la narración, el resultado es el mismo que el marcador del partido de ida del "Campeón de Campeones".

Precisamente ese hecho es el que inspira esta bitácora. Pasaron los primeros cuarenta y cinco minutos del primer tiempo... el siguiente tanto para dar paso al tiempo de compensación y nunca llegó el gol que motivara el salto de alguno de los expectadores y que por accidente diera el rodillazo a la mesa y acometiera contra el equilibrio de las botellas. El "gol que tiró la chela" no llegó.

Algunos dicen que el soccer resulta un pretexto para la barbarie, para el alcohol y las manifestaciones viales; yo lo considero una oportunidad de convivir con las personas que uno quiere y que, con sus distintos matices, no dejan de dar sabor al delicioso plato de la amistad.

Con cariño para mis amigos futboleros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues aunque a mi personalmente me aburre el soccer, he de reconocer que es interesante sociologicamente, no por nada es el deporte más seguido en todo el mundo